Las montañas abastecen de agua dulce al 50% de la población mundial y representan el 27% de la superficie terrestre; sin embargo son vulnerables al cambio climático.
Nuestra cadena de montañas cubre el 30% del territorio nacional, desde el norte en Piura hasta el sur en Puno y posee un valor estratégico para el desarrollo sostenible del Perú.

EL VALOR ESTRATÉGICO DE LAS MONTAÑAS Y EL AGUA
Las montañas nos proveen agua, alimentos, energía, minerales y recreación.
Albergan culturas vivas, poseedoras de conocimientos ancestrales, donde destaca el aporte de la mujer en la gobernanza ambiental. Son parte importante de la respuesta global al cambio climático, debido a que secuestran carbono y contribuyen a mitigar este fenómeno. Son grandes despensas de alimentos, no sólo de las poblaciones de montaña, sino de las grandes ciudades a nivel mundial.

IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Los glaciares peruanos han sufrido una pérdida de hasta 40% de su cobertura en los últimos 40 años (ANA).
El retroceso glaciar conlleva a la formación de nuevas lagunas en las partes altas, aumentando el riesgo de desastres por aluviones o inundaciones.
La alteración de los caudales de los ríos causa un aumento de la salinidad en sus márgenes, acrecentando el proceso de desertificación.
El incremento de la temperatura provoca la ampliación de la frontera agrícola, la migración de plagas y las enfermedades de los cultivos a zonas de mayor altitud.

CIFRAS DE IMPACTO
Cerca del 30%
de la población peruana de montañas es vulnerable a inseguridad alimentaria.

17% de la población del planeta
vive en las montañas

20 especies
del planeta aportan el 80% de alimentos del mundo

71% de los glaciares
tropicales del mundo están en Perú.

61% de ingresos peruanos
por exportación en 2012 provinieron de la minería en las montañas (MEF).

95% de la población peruana
utiliza agua que proviene de zonas altoandinas.

¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO?
Es necesario considerar la condición de cambio climático para el desarrollo sostenible
En gestión del agua y ecosistemas se apuesta por la gestión integrada de los recursos hídricos, la implementación de medidas de adaptación para la recuperación de servicios hidrológicos, el fortalecimiento de capacidades y la incidencia en políticas públicas para la adaptación en los tres niveles de gobierno.

En bienes y servicios de las montañas se promueve la implementación de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos con el fin de proteger nuestras montañas y establecer acuerdos voluntarios entre los beneficiarios y los que ejecutan acciones de conservación, recuperación y uso sostenible de estos ecosistemas.

En gestión del riesgo se impulsa el diseño e implementación de estrategias de adaptación que nos conduzcan hacia un desarrollo más resiliente, la generación de escenarios climáticos para la toma de decisiones y la promoción de una cultura de prevención.

En ecosistemas, biodiversidad y seguridad alimentaria se promueve la diversificación de cultivos y la conservación de la agrobiodiversidad para garantizar la seguridad alimentaria local.