¿Qué diferencia hay entre papel ecológico y papel reciclado? Es esta una de aquellas preguntas “clásicas” que se reciben en los departamentos de atención al cliente de las industrias gráficas: la confusión entre estos dos términos está bastante extendida, cuando en realidad señalan conceptos muy diferentes. Vamos a tratar de aclararlos:

Papel ecológico: un proceso muy verde

Se define como papel ecológico aquel en cuyo proceso de producción se han tenido en cuenta criterios de sostenibilidad y de respeto al medio ambiente, con el fin de minimizar el impacto ambiental que, como todo proceso industrial, tiene la fabricación del papel.

Es decir, el concepto de “ecológico” se refiere al seguimiento de unas buenas prácticas a lo largo de todos los procesos de producción, de forma similar a lo que ocurre en el caso de los alimentos ecológicos.

Así por ejemplo, fijémonos en el proceso de blanqueamiento del papel: en el caso de un papel no ecológico se suele utilizar cloro gas, un elemento altamente contaminante; en cambio, en la producción de un papel calificado como ecológico se utilizan otros blanqueantes, como el dióxido de cloro (papeles ECF: libres de cloro elemental) o el oxígeno, el ozono u otros (papeles TCF: totalmente libres de cloro).

Otros criterios que nos permiten calificar a un papel como más o menos ecológico son el nivel de emisiones al agua y a la atmósfera durante el proceso de producción, el consumo de energía eléctrica y térmica y el tratamiento de los residuos generados. Todos estos aspectos pueden ser certificados mediante sellos como la “Etiqueta Ecológica Europea” o el sello “Cisne Nórdico”.

Papel reciclado: cuestión de fibra

El elemento básico necesario para la fabricación del papel es la fibra de celulosa, y esta fibra puede obtenerse fundamentalmente por dos vías: la tala de árboles (destinados o no inicialmente a la producción de papel) o bien mediante el reciclaje de papel existente y que es inservible en su forma actual. El papel reciclado es pues, aquél que se fabrica a partir de fibras ya utilizadas previamente.

Para producir papel reciclado hay que recuperar y seleccionar papel (cualquier fibra no sirve para fabricar cualquier papel), no es necesario talar ningún árbol. Los papeles reciclados también tienen sus certificaciones, la más famosa de las cuales sea posiblemente el sello “Angel Azul”.

Como véis, “ecológico” y “reciclado” son dos palabras que hacen referencia a conceptos distintos y ante esto, lógicamente el cliente de la imprenta se pregunta: ¿Cuál de los dos es más respetuoso con el medio ambiente?

Bueno, como podéis deducir, los papeles ecológicos no tienen por qué ser reciclados pero ojo, tampoco todos los reciclados tienen por qué ser ecológicos: teóricamente puede darse el caso de un papel reciclado producido de forma contaminante… sin embargo y aunque existe cierta polémica al respecto, parece ser que los papeles reciclados conllevan en general un menor grado de emisiones y consumo energético en su proceso productivo. El papel más respetuoso con el medio ambiente será pues, aquél que se obtiene del reciclaje de fibras ya en circulación pero que además se elabora bajo unos criterios de sostenibilidad ambiental (consumo de recursos, control de emisiones y eliminación de residuos, básicamente).

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