Hace 40 años un joven estudiante de 23 años de la University of Southern California fue el elegido, entre más de 500 talentosos candidatos, para crear un símbolo que ha conseguido hacerse un hueco en el consciente colectivo de los ciudadanos de todo el mundo.
La historia surgió a raíz de un concurso de ideas patrocinado por la Container Corporation of America (CCA), un fabricante de embalajes que quería crear un icono que simbolizara el proceso de reciclaje con el fin de promover el papel reciclado y de identificar los paquetes fabricados a partir de fibras recicladas y reciclables. Además, coincidió con la celebración del primer Día de la Tierra, en 1970.
Gary Andersen siempre estuvo muy comprometido con el ahorro y el reciclaje, ya no sólo por reducir el impacto en el medio ambiente, sino también por la época que le tocó vivir: la Gran Depresión de los años 50 y la Segunda Guerra Mundial, que obligó a su familia a vivir con lo justo y a reutilizar al máximo.
Desde siempre estuvo muy interesado por la idea de “la banda de Möbius”, una construcción de una cara en la que una cinta de papel daba un quiebro formando un ocho, descrita por los matemáticos August Ferdinand Möbius y Johann Benedict Listing. También seguía al artista alemán M.C. Escher, dibujante de unas imágenes basadas en “la banda de Möbius”, en las que aparecen unas hormigas recorriendo la famosa tira. Ambos conceptos unidos le valieron para crear, en dos o tres días y sin ayuda de ninguna maquinaria, el logo que le dio el triunfo, basado en las ideas de infinito y reciclaje.
Fuente: compromisorse.com